10 decretos para que 2018 sea un año mejor

 

Empieza un año, y no hay mejor momento para poner en práctica nuevos hábitos que faciliten el camino al bienestar.

Estoy segura que tú no eres de esas personas, pero no tienes más que mirar alrededor para encontrar quienes se quejan continuamente de todo lo que les sucede y llenan sus mentes con pensamientos que les impide disfrutar del aquí y del ahora.

Si me permites revelarte un secreto: las cosas que nos ocurren no determinan nuestro bienestar. Es la actitud que tenemos ante ellas las que nos hacen felices o desdichados. Cuánto más quejas, desesperanza, rencor, miedo, desolación o ira mostremos ante los acontecimientos, más probabilidades tendremos de que esos horribles hechos que nos atormentan sigan manifestándose.

Por todo ello, aprovechando este momento del año no vendría mal hacer un acto de conciencia y analizar qué tipo de hábitos, qué pensamientos, qué emociones dominan nuestra vida. Tras este darse cuenta viene el proponerse cambios que nos abran las puertas del equilibrio y el bienestar.

Llevo unos días trabajando mis propósitos 2018 y me gustaría compartirlos, así tal cual, en presente … para que empiecen a manifestarse desde … ¡ya! Si estás trabajando en tus propósitos del nuevo año, te aseguro que si incluyes los siguientes, 2018 podría ser diferente … para mejor.  ¿te animas?

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1.- Decreto agradecer cada día. Apreciar lo bueno de las personas que me rodean, incluso de aquellas que creo que no tienen ninguna cualidad positiva. Buscar el lado positivo de los acontecimientos, incluso si son catalogados como “negativos”. Apreciar los pequeños detalles, inclusos los “insignificantes” como el mero hecho de … estar vivo.

2.- Decreto abrir espacio en mi vida.  Decido en este momento deshacerme de las cosas inútiles que guardo, con la esperanza de que alguna vez me harán falta. Por ejemplo, la ropa que no me pongo hace años y ocupa mi armario, donándola a quién seguro le hará mejor uso que yo. Dar una segunda vida a aquellos libros que leí y están tristes en mis estanterías. Practicar la ley de la abundancia que dice “para que lleguen nuevas cosas a tu vida, hay que hacer espacio”.

3.- Decreto expresar más el amor que siento.  No guardarme un beso, un abrazo, una muestra de cariño, un halago por miedo, por costumbre, por dejadez con la seguridad de que el hecho de ofrecer amor, atraerá más amor a mi vida.

4.- Decreto cuidar mi cuerpo. Cuidar y mimar mi cuerpo. Moverme, hacer ejercicio y practicar yoga. Decido que las prisas salgan de mi vida y darme tiempo para mí.  Prestaré más atención a lo que como y cómo lo como.  Elegiré una comida sana que me alimente y sane mi cuerpo. Saborearé cada ingesta, apreciaré el sabor, el color, la textura, masticando lentamente, en silencio.

5.- Decreto escuchar más. … Y hablar menos… La necesidad de hablar que tiene nuestra sociedad actual nos fuerza a tener que decir algo siempre. Muchas veces, quizás demasiadas no escuchamos al otro, no le damos la oportunidad de expresarse. Además de dar tiempo con mi silencio también me esforzaré por ver desde el punto de vista del otro.

6.-Decreto preocuparme menos y ocuparme más. ¿Cuánto tiempo he pasado preocupándome por cosas que nunca ocurrieron?  Me propongo no pensar en un hipotético futuro lleno de cosas terribles que estropean mi vida y llenar mis pensamientos de presencia, de aquí y ahora.  Cuando el primer pensamiento preocupante me aborde, decido decirme: “ahora no” y ocuparme de mis problemas como un reto, una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal. Cultivo mis pensamientos con la seguridad que harán surgir emociones positivas que llenarán mi presente.

7.- Decreto cambiar lo que puedo cambiar.  Salir de mi zona de confort. Poner en práctica todo aquello que sueño y expandir mi crecimiento. Dejar de tener miedo al fracaso y también… al éxito y ampliar mi perspectiva y vivir con nuevos horizontes.

8.-. Decreto aceptar lo que no puedo cambiar.  Me doy cuenta de que el control que puedo ejercer sobre algunos acontecimientos a veces es limitado y, alguna vez, imposible de cambiar.  Reconozco que la mejor solución para esto es la aceptación. Prometo abrirme a reconocer estas situaciones, sentirlas, experimentarlas y, finalmente aceptarlas…. “si, esto también”. Y si se me hace muy dura la situación utilizar el mantra prestado de mi amiga, “esto es temporal.

9.- Decreto que la alegría reina en mis días. Mi risa ha esperado tanto tiempo oculta que cuando ha sido liberada se muestra pequeña y débil, pero, a la vez maravillosa y tierna, como una flor. Regaré la flor de mi risa cada día, abonaré mi alegría y sembraré el humor en mi entorno. Decido tomarme las cosas con positivismo, con humor y echar unas risas… siempre que pueda!.

10.- Decreto ser feliz. Buscar la felicidad cada día, en las cosas que me sucedan; en los acontecimientos que la vida me presente sabiendo que todo tiene un propósito, aunque a veces, no sepa cuál.

Deseo que este nuevo año sea mucho mejor que el anterior para todos, que venga lleno de felicidad y armonía.

¡Feliz 2018!

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